Rodrigo y Mario, dos jóvenes que encontraron su nexo de unión en la domótica, han desarrollado un sistema de avisos en el hogar para personas con discapacidad auditiva que empezarán a comercializar en octubre.
El ruido de los coches, el timbre, la lavadora, la alarma de incendios y los sonidos cotidianos de la vida no los perciben todos. Hay un sector de la población que en ocasiones cae en el olvido, pero al que Rodrigo Palacios y Mario Martínez no han querido ignorar y han buscado la manera de integrarlos en el día a día acústico.
Estos jóvenes emprendedores han encontrado en la domótica el nexo de unión entre ambos. Mario, ingeniero informático, y Rodrigo, aparejador, comenzaron a desarrollar un proyecto a gran escala en este ámbito a través del Start Up Weekend, concurso al que se presentaron y que prepararon durante 7 meses. El objetivo principal consistía en que desde teléfono móvil se pudieran controlar todos los aparatos del hogar. «La idea era tan grande que no podíamos abarcarla», asegura Mario. Por ello, con la seguridad de que el concepto iba a funcionar, decidieron reducir el marco de actuación.
Durante el proceso, observaron que había un sector en el que no sólo había menos competencia, sino que además necesitaba el tipo de aparatos que iban a desarrollar. Este colectivo estaba formado por las personas con discapacidad auditiva.
A partir de conversaciones con asociaciones de Burgos en las que intercambiaban opiniones sobre lo que podría ser de gran utilidad, Rodrigo y Mario se pusieron manos a la obra. El resultado: un sistema de avisos en el hogar para personas con discapacidad auditiva. Funciona a través de una aplicación en el móvil, que está conectado a una centralita - un pequeño ordenador - que a su vez enlaza con la red wifi y los aparatos de la casa. A través del sensor que los monitoriza y los envía a la central, los avisos acústicos llegan al móvil en forma de vibración o iluminación.
Rodrigo y Mario han querido darle el valor añadido de la personalización. Primero contactan con su público para atender qué es lo que verdaderamente necesitan y luego crean los productos. «Hasta que no te pones en su lugar, no sabes lo que necesitan, pero cuando empiezas a entrar en contacto con ellos. Son los que nos guían y solicitan lo que les interesa», explica Rodrigo. Ellos buscan trabajar con el usuario, entender qué pueden requerir en el hogar y a partir de ahí, desarrollan los aparatos que convierten en realidad lo que reclaman. «Lo que más valoran es que les escuches», estima Mario.
Tienen un aparato ya en proceso, pero, sobre todo, muchas ideas en el tintero surgidas por las aportaciones directas de aquellos que se van a ver beneficiados de esta posibilidad de integración. Por ahora, han presentado el avisador de timbre. Permite, a través del funcionamiento con la red wifi, que a la persona le llegue el aviso mediante vibración o iluminación cuando alguien llama a la puerta. Pero el potencial de este proyecto tiene un rango de actuación mucho mayor, y eso define la labor que estos jóvenes emprendedores van a llevar a cabo. Desde ARANS-BUR, Asociación de Familias de Personas Sordas de Burgos, les han pedido un puente de audio para las clases. Con ésto se busca que los niños con discapacidad auditiva puedan escuchar al profesor mediante un dispositivo bluetooth que se coloca en su mesa y que llega al alumno. También están trabajando en el montaje de vídeos de cocina para sordos y ciegos para un programa de Antonio Arrabal grabado en el Bohío Burgalés que comenzará a emitirse en septiembre.
Las posibilidades que ofrece este novedoso proyecto van más allá, y Rodrigo y Mario quieren explotar al máximo su potencial, también en el ámbito público y laboral. «La idea sería que todas las personas sordas conectadas a la red wifi y a través de la aplicación móvil, puedan tener avisos a tiempo real de los sonidos que necesitan escuchar en todos los edificios », explica Rodrigo. El sistema permitiría al personal, como puede ser un dueño de un hotel, comunicarse con parte de su público.
El negocio, iniciado en febrero de 2013, está avanzando despacio. «El proceso está siendo muy largo, pero caminar más despacio implica seguridad en cada paso», asegura Rodrigo. Además, revelan que está teniendo muy buena acogida. Tanto es así, que en octubre de este año empezarán a comercializar con los productos y permitirán que los usuarios los prueben y juzguen su utilidad, siempre con ese valor de atención personal a sus necesidades. Paso a paso, pero con resultados que dan muy buenas vibraciones.
DIARIO DE BURGOS miércoles, 20 de agosto de 2014
