¿Se deben prohibir los bastoncillos (de plástico) para los oídos?
Para proteger el medio ambiente, Francia prohibirá estos utensilios de higiene personal en 2020 y Reino Unido podría hacer lo mismo.
Hace años que los otorrinolaringólogos nos advierten de los riesgos sanitarios de la utilización inadecuada de los bastoncillos de algodón.
Limpiar los oídos con este tipo de utensilios puede eliminar en exceso la cera o cerumen que protege nuestro conducto auditivo externo y, en casos extremos, puede provocar daños graves en la membrana timpánica.
Pero los bastoncillos con puntas de algodón provocan otro tipo de daños de importancia. Hasta ahora, la gran mayoría de estos accesorios de higiene personal están fabricados con un bastoncillo central de plástico.
El resultado es que buena parte de estos pequeños cilindros de plástico se convierten rápidamente en residuos y se acumulan en las plantas de tratamiento de basuras, las estaciones depuradoras de aguas residuales, los cauces de los ríos, las playas y las aguas marinas.
No es ninguna broma, como ocurre con las toallitas húmedas, los bastoncillos de plástico también son un problema ambiental importante.
Francia se pone a la cabeza
Algunos países como Francia han reconocido el problema con celeridad y en la Ley de la Biodiversidad aprobada en agosto de 2016 se establece que para “reducir la contaminación marina provocada por residuos de plástico, se prohibirá la presencia de microplásticos en los productos cosméticos a partir de 2018 y los bastoncillos con base de plástico en 2020”, según destaca el ministerio francés de Medioambiente, Energia y Mar en su página en internet.
La propuesta inicial del gobierno francés era prohibir los bastoncillos para los oídos (en francés, cotons-tiges) con base de plástico en 2018 pero los fabricantes consiguieron dos años más de margen.
En Reino Unido, el proceso va un poco más lento pero puede acabar de una forma muy parecida.
Diversos de grupos de consumidores y ecologistas han puesto en marcha durante el último año campañas para exigir a los fabricantes y el gobierno británico que tome medidas para reducir el impacto ambiental de los bastoncillos de plástico para los oídos (en inglés, plastic cotton bud).
Una de las iniciativas más destacadas en este ámbito ha sido liderada por la organización City to Sea con el eslogan Switch the Stick (Cambiar el palo), en referencia a la posibilidad de que cambie el actual bastoncillo fabricado con plástico por otros materiales más degradables como el cartón.
Además de la recogida de firmas (de momento no se han facilitado datos) para pedir un cambio en la legislación sobre estos productos en el Reino Unido, City to Sea destaca que ya se han conseguido las primeras adhesiones de fabricantes y grandes comercios que se comprometen a dejar de fabricar o comercializar bastoncillos de plástico a medio plazo.
Entre las firmas comprometidas en este proceso de cambio se encontrarían Jonhson and Jonhson, Waitrose y Co-operative, mientras que Tesco y Sainsbury podrían dejar de comercializar bastoncillos de plástico en 2017.
2-12-2016