La discapacidad auditiva

La corrección de la audición mediante prótesis lleva mucho tiempo en nuestra sociedad. Siempre, la única solución que había era el uso de la mítica trompetilla y otros utensilios que servían de resonadores.

 

En los últimos años se han descubierto muchas incógnitas sobre el funcionamiento del oído y se han mejorado los algoritmos para las prótesis auditivas. El último paso en este desarrollo es la aplicación del procesado digital de señal a un audífono, que abre las puertas a un sinfín de posibilidades, cuya explotación depende de la continuidad en el avance del conocimiento sobre la fisiología de la audición.

Además de lo puramente tecnológico y científico, también se están teniendo en cuenta aspectos sociales, como que la gente sorda quiere ocultar su incapacidad. Buscan la prótesis más desapercibida; o el hecho de que el paciente piensa, que su prótesis le va a curar su discapacidad y luego no observa los resultados esperados, por lo que le genera problemas psicológicos.

Por ello, los audífonos, se centran en captar el sonido lo más nítidamente posible y lo más cercano al original. Pero, cuando encontramos un oído lesionado, puede ser que no baste con amplificarle la señal. El mejor camino en la aplicación de la compensación, es a través de la excitación acústica a nivel timpánico, mediante una señal previamente procesada. Existen prótesis auditivas que estimulan por otras vías (ósea, coclear y nerviosa), pero su aplicación se restringe a casos en los que no es posible la estimulación por vía aérea. Existen numerosos profesionales, cuyo trabajo depende y/o condiciona el tratamiento de la deficiencia auditiva, y es importante conocerlos como parte de un itinerario educativo y rehabilitador en la vida del niño.

Así nos encontramos con:

-Médico otorrino (es el encargado del diagnóstico, el tipo de pérdida auditiva, determinará si el tratamiento será médico o quirúrgico, efectúa las revisiones periódicas)

-Audiprotesista (selecciona y adapta las prótesis auditivas. Orienta sobre el manejo, limpieza y mantenimiento de dichas prótesis).

-Logopeda (tratamos las alteraciones de esa audición, llevamos a cabo el programa de rehabilitación auditiva y del lenguaje en Atención Temprana, Intervención Logopédica y Apoyo Pedagógico y Escolar.

-Intérprete de lengua de signos (adulto encargado de facilitar la comunicación entre adultos sordos y oyentes dentro del centro)

-Asociaciones de padres ( prestan asistencia al propio discapacitado auditivo y a su familia; a través de ellas, las familias se unen en defensa de sus intereses y derechos. Son el punto de encuentro e intercambio de experiencias.) La audición juega un importante papel en el desarrollo del cerebro, de ahí al debate de proceder, lo más pronto posible, a la adaptación del audífono o del implante coclear.

Comenzaremos hablando del implante coclear. Es una prótesis que requiere de una intervención quirúrgica para su instalación. Una vez que el implante coclear se ha efectuado es necesario una rehabilitación especial para que el niño se adapte . Dicha rehabilitación consta de los siguientes pasos:

Detección: Reconocimiento de presencia y ausencia de sonido.

Discriminación: Diferenciar dos sonidos sin necesidad de reconocerlos. Identificación: Reconocimiento de estímulos auditivos en contextos cerrados. Reconocimiento: Identificación de palabras y frases en situaciones descontextualizadas Comprensión: Mantenimiento de conversaciones cada vez más complejas. Principalmente, se usará, cuando los restos auditivos sean escasos y no permitan una rehabilitación adecuada con el audífono, debido a una destrucción coclear, pero manteniendo en buenas condiciones la vía neural hacia el cerebro, podremos recurrir a esta aplicación. El implante consta de un micrófono que recoge la señal (excitación eléctrica de la vía acústica), y es transmitida a un pequeño procesador, que extrae los elementos para la inteligibilidad de la palabra.

Esta información se transmite a varios electrodos implantados quirúrgicamente en la cóclea, estimulando distintas fibras del nervio acústico. La selección de los casos, se realiza mediante un detallado estudio, valorando las posibilidades de cada sujeto y valorando la colaboración del niño y de los padres.

El audífono, es un sistema amplificador. Recibe sonido (variaciones de presión sonora) y emite también sonido, por lo tanto serán necesarios dos transductores para transformar primero la señal acústica en señal eléctrica (micrófono), y ésta en acústica (auricular). El audífono además cuenta con una fuente de alimentación (pila), que deberá renovarse periódicamente. En el caso de los niños, los innovaciones y avances también han llegado a los audífonos; de este modo, pueden tener una «llamada de entrada de audio», que permite conectar en directo con la TV, vídeo, radio, sistemas FM (para la integración de niños sordos profundos en escuelas). La calidad que se consigue vía entrada de audio es superior a la entrada por bobina inductiva (los anteriores).

El audífono aplicado por vía aérea se ajusta al pabellón auricular (parte interna de la oreja), mediante un molde adaptador (en el mercado existen de resina dura o blandos de silicona). En niños con pérdidas severas o profundos, se aconseja adaptadores blandos para no dar lugar a lesiones por golpes….

Es muy importante, por tanto, confeccionar correctamente estos adaptadores, que se encuentren limpios y revisarlos para que no hayan pérdidas. El encargado de colocar el audífono será el audioprotesista . Existen los siguientes tipos de audífonos: -Convencionales o de bolsillo: (tendencia a desaparecer). Se coloca a personas de edad avanzada y con dificultades para el manejo de un audífono pequeño. -Gafa auditiva: (requieren poder coordinar bien el empleo de la corrección óptica con la acústica, requieren de este modo, una buena sensibilidad del nervio auditivo.

-Retroauriculares (son los audífonos que se aplican habitualmente en sorderas severas y profundas de los niños. Son sólidos y duros, pueden tener entrada de audio)

-Intra- auriculares (son más delicados que los anteriores y solo pueden aplicarse en pérdidas con perfiles inferiores a los 80 db (db= decibelios). Db superiores, ocasionaría un molesto pitido al paciente y limitaría la ganancia auditiva.

-Intra-conducto (más pequeños que los anteriores y a su vez, más delicados. En esta ocasión en pérdidas hasta los 60 dB) -CIC ( se alojan dentro del conducto auditivo. Son sumamente discretos, pero indicados exclusivamente para pérdidas hasta 40 dB y además requieren un trato cuidadoso)

-Prótesis BAHA (el implante de audífono BAHA (Bone Anchored Hearing Aids; mediante una pequeña incisión, se coloca un tornillo de titanio en el hueso mastoideo de forma que sobresale de la piel. El tornillo queda fijado después de un tiempo al hueso y este podrá dirigir el sonido hacia el oído interno. Un minúsculo audífono vibrador se acopla al tornillo de titanio. De todo lo anteriormente dicho, se deduce que , hoy por hoy, el audífono idóneo para los niños sordos profundos y severos es el retroauricular, por su solidez, ganancia útil, facilidad de manejo, existencia de entrada de audio y grandes posibilidades de reparación.

Cualquiera de los audífonos que su ORL, le implante debe contar con la certificación de calidad CE. En la rehabilitación del deficiente auditivo severo o profundo es necesario hacer uso de sistemas de amplificación del sonido, que permitan tanto individual como colectivamente el aprovechamiento de los restos auditivos. Son las emisoras del F.M (similares a la emisora de radio), donde el alumno utiliza su propio audífono como receptor de la señal. Estos equipos también se utilizan con implantes cocleares.

 

Escrito por Adrián Azorín García (logopeda)

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