Consejo auditivo para los nietos
Perder audición, como acumular arrugas, es un proceso natural e inevitable. A partir de los 35 o los 40 años, todas las personas van perdiendo la percepción de los agudos y habitualmente esa pérdida acaba por crear una dependencia del audífono a partir de los ochenta años. Pero ese proceso se está acelerando. Y no sólo en los últimos años. La generación que durante los 80 abusó de los walkmans ya ha perjudicado seriamente su capacidad auditiva hasta el punto de que va a avanzar el uso de los audífonos entre 10 y 15 años. Y lo mismo sucederá con todos aquellos que hoy en día usan los cascos para escuchar música de forma reiterada y con un volumen excesivo (el hecho de que la persona que tiene al lado perciba el sonido de sus cascos es un indicativo de que se está excediendo). Así que por nuestra parte que no quede. ¡Ojo a los cascos con móvil de muchos de nuestros jóvenes y no tan jóvenes!